Ánodos de zinc y aluminio.

El objetivo principal de los ánodos de zinc y aluminio es poder controlar la corrosión química, absorbiéndola, la cual ocurre en la fase de la oxidación, al poder utilizar estos ánodos, se pueden proteger los metales que quedan más expuestos.

El proceso de oxidación, es sin duda uno de los procesos más destructivos, el cual puede generar grandes pérdidas. Cuando usted tiene una superficie realizada por el material de acero y no está protegida, se puede generar la corrosión química, en la cual se pueden perder más de dos kilos del material en un año por metro cuadrado. Pero, si bien cuenta con estructuras inmersas en algún electrolito de agua, se pueden formar micro pilas, las cuales provocan corrosión con mayor rapidez.

Para poder proteger estas superficies, es necesario reemplazar el ánodo de la micro pila por uno externo, que en este caso puede ser un ánodo de zinc y aluminio, el cual ayuda a que se corroa solo en un plazo determinado. Sabiendo cuanto dura el tiempo de protección de la estructura que se quiere proteger, puede ir realizando los cambios correspondientes en estos, para poder así evitar la destrucción de una superficie expuesta.

La línea de ánodos estándar cumple la norma 1000-18001/ASTM B418. Este ánodo es recomendable para estructuras desnudas y pintadas inmersas en agua dulce y salada- Los ánodos de SONAMET, poseen una marca estampada en la pletina que permite determinar la trazabilidad hasta el final de su función.

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