La neurología infantil es una especialidad médica que
se dedica al estudio y tratamiento de las enfermedades que afectan al
sistema nervioso. El tratamiento que usan los especialistas en neurología infantil es fundamentalmente a través de
medicamentos o fármacos, los cuales deben ser regulados según la patología, su
gravedad y según la respuesta a los mismos por cada persona.
Prácticamente el 100 % de los
pacientes de neurología infantil necesita de un
tratamiento adicional al farmacológico. La mayoría de las veces, la neurología infantil se complementa con tratamiento
psicológico mediante la intervención de un psicólogo clínico especializado. El
especialista en neurología infantil también está capacitado para
diagnosticar y tratar trastornos psiquiátricos. Sin embargo, en casos de
trastornos psiquiátricos graves o severos los pacientes son derivados a
tratamiento con un médico psiquiatra.
Si desea atenderse con uno de nuestros
especialistas en neurología
infantil, tome hora y lo esperamos en nuestro
centro ubicado en Barros Errázuriz 1953 Of. 403, Providencia, Santiago.
Es normal que los padres se
hagan altas expectativas en relación a desarrollo de sus hijos, que este sea
normal y sano, sin embargo, no hay forma de evitar que un niño nazca con
necesidades físicas o mentales especiales, tampoco existe la total seguridad de
que este se desarrolle en forma normal.
Si bien la estimulación durante los primeros años de vida es fundamental, no hay que olvidar que es importante tener un control periódico del embarazo y del parto por todo un equipo de profesionales y seguir las indicaciones del pediatra.
Con respecto a esto, expertos en neurología infantil señalan que existen algunas afecciones neurológicas en las que el diagnostico precoz permite un tratamiento mas adecuado y un mejor pronostico para el futuro y desarrollo del niño.
Es a través de la Neurología Infantil, que es aquella especialidad médica que se encarga de prevenir, diagnosticar y tratar todas aquellas patologías y trastornos que afectan al sistema nervioso central y nervios periféricos (cerebro, médula espinal y todos los nervios periféricos), desde el embarazo hasta la adolescencia. En muchas ocasiones (y a causa del diagnostico oportuno), evita o detiene la progresión del daño neurológico.
Si bien la estimulación durante los primeros años de vida es fundamental, no hay que olvidar que es importante tener un control periódico del embarazo y del parto por todo un equipo de profesionales y seguir las indicaciones del pediatra.
Con respecto a esto, expertos en neurología infantil señalan que existen algunas afecciones neurológicas en las que el diagnostico precoz permite un tratamiento mas adecuado y un mejor pronostico para el futuro y desarrollo del niño.
Es a través de la Neurología Infantil, que es aquella especialidad médica que se encarga de prevenir, diagnosticar y tratar todas aquellas patologías y trastornos que afectan al sistema nervioso central y nervios periféricos (cerebro, médula espinal y todos los nervios periféricos), desde el embarazo hasta la adolescencia. En muchas ocasiones (y a causa del diagnostico oportuno), evita o detiene la progresión del daño neurológico.
En el pasado, los procedimientos
dentro de la ciencia de la Neurología Infantil, sometían a la familia a mucha
angustia, debido a la nula información y la subestimación del tema, sin
embargo, hoy gracias a los avances científicos, la mayoría de los pequeños
pacientes pueden gozar de una vida prácticamente normal y plena.
Las patologías que estudia la Neurología Infantil se dan con frecuencia en la niñez y en la adolescencia, por ejemplo en la etapa pre-escolar se observa a través de trastornos del desarrollo del lenguaje, a diferencia de la edad escolar y hasta la adolescencia, con la presencia de trastornos del aprendizaje y de la conducta.
Las patologías que estudia la Neurología Infantil se dan con frecuencia en la niñez y en la adolescencia, por ejemplo en la etapa pre-escolar se observa a través de trastornos del desarrollo del lenguaje, a diferencia de la edad escolar y hasta la adolescencia, con la presencia de trastornos del aprendizaje y de la conducta.
Cuando el niño no establece un buen contacto visual, cuando no desarrolla lazos afectivos o es muy irritable, cuando el niño tiene un tamaño de cabeza (perímetro craneano) mayor o menor de lo esperado para su edad, cuando no tiene hábitos de estudio o presenta problemas de aprendizaje y/o conducta, cuando presenta trastornos del sueño, entre otros.
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